domingo, 9 de septiembre de 2007

Historia humana para duendes, leccion I

“Erase una vez, hace mucho tiempo...”

La profesora sustituta comenzó la clase, y la mitad de los alumnos empezaban a parecer somnolientos. Mindalí observó como algunos duendecillos se habían escondido tras algunos libros levantados, y creyéndose ocultos apoyaban la cabeza sobre la mesa. Una ninfa hacía crecer y encoger una flor en su pupitre, mientras dos sátiros cuchicheaban alguna travesura. El único alumno callado con la mirada al frente era un troll, pero dudaba que entendiese algo de lo que dijera. Mal segundo día como profesora sustituta. Intentaba empezar la lección como le habían enseñado, pero al mirar a los estudiantes se acordó de lo aburrido que podía resultar estudiar el mundo humano. Quería que sus alumnos vieran lo interesante que podía llegar a ser el mundo exterior, así que cambió de estrategia. A la porra las tradiciones. Pero antes, necesitaba que sus alumnos le atendieran.

Aleteó un poco sobre la tarima, realizó un ligero gesto con la mano y una explosión de hermosa luz y un musical sonido llenó el aula. A dos duendecillos se les cayó el libro, la ninfa perdió el control de su magia creando un bosque en miniatura en su pupitre, los sátiros se pusieron firmes y callados y el troll... siguió como antes.

“Veo que he logrado vuestra atención.” – Dijo, dejando fluir un poco de magia en su voz. – “Resulta que lo que voy a explicar ahora entrara en el próximo examen, y no querría que ninguno suspendiera.” – Otro gesto de la mano, y la luz y el sonido desaparecieron. – “Esta clase trata de explicaros como es el mundo humano, pero parece que no os interesa demasiado, ¿por qué?” – Señalo a uno de los sátiros mientras preguntaba.

“Porque los humanos son malvados, nos separamos de ellos hace muchos siglos y los expulsamos a la dimensión donde están ahora.” – Respondió de carrerilla.

“Además, ahora están destruyendo esa dimensión.” – Añadió un duendecillo.

“Vaya, veo que lo sabéis todo sobre los humanos. Decidme que han hecho desde la expulsión.” – Pidió Mindalí, sabiendo la respuesta que le darían.

Aquí empezaron a hablar todos a la vez. Mencionaron como se mataban entre ellos, como mataban los animales, las plantas, y como, antes de la expulsión, mataron seres feericos. Hablaron de la tortura a la que sometían el planeta, como cada idea que tenían la usaban para construir armas u otras formas de dañarlo. Hasta el troll hablo una vez, añadiendo como rompían las montañas solo para no tener que bordearlas.

Mindalí lo escuchó todo con atención, revoloteando para estar cerca de quien hablase en ese momento, hasta que vio que se repetían algunas de las razones. Ahora era su turno. Volvió a ocupar su lugar junto a la pizarra, y realizo un par de giros expertos con las manos. La iluminación del aula volvió a cambiar, pareciendo ahora que era de noche, pero a la profesora se la podía ver perfectamente.

“En todo eso tenéis razón.” – Un giro de muñeca, un sonido de cascabeles, y se empezaron a formar imágenes a su alrededor. – “Han matado y torturado la poca naturaleza que les dejamos.” – Algunas imágenes mostraban animales y bosques en mal estado. – “Han creado algunos aparatos monstruosos.” – En otras imágenes, gente disparaba, talaba... hasta que una gran luz ilumino toda la sala, eclipsando las otras imágenes, y dejaba entre ver una nube con forma de hongo.

Los alumnos miraban asustados. La ninfa estaba a punto de ponerse a llorar. Ahora si que tenia su total atención. La luz cayo en intensidad hasta que solo pudieron verla a ella. Otro giro de muñeca. Una imagen de una ardilla, en el suelo, cogida por un cepo, chillando de dolor. Se le acercaba una humana, poco a poco. La humana estiró los brazos, cogió a la ardilla y... la soltó del cepo. La llevo consigo hasta una especie de cueva con paredes blancas, donde le curó la herida, y luego la volvió a soltar en un bosque.

“Pero no todo es maldad. También hay algo de bondad en ellos.” – Imágenes de gente plantando árboles, cuidando y curando animales. – “Todo lo que decís lo tienen algunos, pero no todos ellos. Y no todos sus inventos e ideas son malas, depende del uso que le den” – Maquinas ayudando en la labor, productos que se inyectan en animales enfermos y se curan. – “Incluso son capaces de sentir mas cosas aparte del odio y la envidia.” – Familias sonriendo, felices, parejas besándose, cuadros, libros, dibujos de seres feericos. Un giro mas de muñeca, y las imágenes empezaron a desaparecer, dejando al hada maestra iluminada por una luna inexistente. – “De hecho, unos humanos nos ayudaron a... exiliarlos.”

El silencio fue absoluto. Mindalí se quedo mirándolos. Tras unos segundos, el troll levantó la mano. Mindalí le hizo un gesto para que hablase.

“¿Exiliarlos? Pero... ¿no fueron expulsados?” – Preguntó con timidez.

En ese momento, sonó el timbre, devolviendo la luz al aula. La profesora empezó a recoger sus apuntes, mientras la clase se lanzó a preguntar cosas, sobre los humanos, sobre que ocurrió, sobre todo. Una vez al lado de la puerta, se volvió hacia ellos y les respondió.

“Eso, es un cuento para otro día."

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